jueves, 16 de julio de 2009

Un paradigma

Como nace un paradigma
Por Edgar Polo
Llega vía Internet un archivo de ingenioso autor desconocido, de cómo nace un paradigma. La cosa es así:
Un grupo de científicos encerraron cinco monos en una jaula de zoológico, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, una mano de apetitosos bananos maduros. Cuando un mono subía la escalera para coger los bananos, los investigadores lanzaban un chorro de agua helada sobre los que quedaban en el suelo. La prueba se repitió hasta cuando, después de algún tiempo, cada vez que un mono comenzaba a subir la escalera, los otros lo bajaban y agarraban a golpes. Pasado algún tiempo, ya ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de los suculentos bananos.
Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. Lo primero que hizo el recién llegado fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le acomodaron tremenda paliza. Después de algunas golpizas, el nuevo integrante del grupo ya no intentó nunca más subir la escalera. (...aunque el pobre nunca supo por qué lo golpearon).
Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la golpiza al novato. Un tercero fue igualmente cambiado, y se repitió el hecho: lo volvieron a golpear cuando intentó subir la escalera. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos, también fue sustituido con idénticos resultados. Quedó, entonces, un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua helada, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a los bananos.
Si fuese posible preguntar a alguno por qué le pegaban a quien intentaba subir la escalera, con certeza la respuesta sería: - No lo sé, aquí las cosas siempre se han hecho así.
El cuento es bien interesante, sobre todo cuando hacemos un paralelo con situaciones de nuestro diario acontecer. Se anuncia visita del Presidente de Colombia a su homologo norteamericano y la noticia es: Organizaciones no gubernamentales, ONGs piden al gobierno norteamericano exigir cumplimiento de los derechos humanos en Colombia y no acceder a tratados o ayudas. La petición es en doble vía, condena por violación de los derechos fundamentales al Estado Colombiano y negar a la sociedad acceso al desarrollo, si este depende de la colaboración de otros estados.
Si lo primero, se da por sentado que Colombia es violadora de los derechos humanos. Gracias a los medios de comunicación que actúan como caja de resonancia se convierte en “verdad absoluta”, es el resultado de la reiteración constante, pensar el diferente es recibir una ducha de agua helada. Una cosa es que agentes de agencias estatales hayan incurrido individualmente en conductas condenables y otra concluir que corresponden a una política de estado. Si lo segundo, impedir la ayuda externa o la firma de tratados internacionales de beneficio comercial, económico y cultural con la excusa que solo van a beneficiar al gobierno constituye una falacia y un despropósito.
Habilidosamente la guerrilla con el concurso de ONGs han logrado desviar la discusión hacia los Derechos Humanos que vincula al Estado, del tema del Derecho Internacional Humanitario que de acuerdo con las Convenciones de Ginebra los compromete seriamente. Por qué las ONGs, si de verdad son defensoras del tema humanitario, no condenan abiertamente a las organizaciones en armas que se nutren del narcotráfico, por sus actividades de secuestro, masacres como la de Bojayá, asesinatos colectivos como el de los diputados del Valle y tantos otros crímenes de lesa humanidad.
Vía Medios de Comunicación han creado sus propias verdades en desmedro de la sociedad colombiana. Lo grave es que hasta los gringos comen del cuento.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario