lunes, 14 de diciembre de 2009

Trastorno bipolar y masoquismo, El Tiempo 12-12-09

Trastorno bipolar y Masoquismo
Por Edgar Polo*

La personalidad del Presidente Chávez encaja en lo que la psicología moderna describe como trastorno bipolar, similar a la psicosis maniacodepresiva. Se caracteriza por un estado de ánimo en que se alternan estados de depresión con otros de gran excitación. Según el siquiatra Pedro Juan Barranco, lo mismo que las enfermedades mentales graves no presenta señales orgánicas asociadas pero se infiere un desequilibrio químico a nivel de los neurotransmisores cerebrales. Tema interesante para el científico Rodolfo Llinás, especializado en los intríngulis del cerebro. Según Barranco, los pacientes aquejados de este mal presentan poca tolerancia a la frustración, actitud pesimista, dificultades de adaptación, baja autoestima y sentimientos de culpa que generalmente manifiestan mediante delirios de persecución.
Si analizamos las actitudes de Chávez en el marco del cuadro clínico descrito, es fácil deducir la razón de sus manifestaciones y actitudes contra Colombia, que de otra manera no tienen asidero a la luz del sentido común. Aunque es posible entender que el rosario de descalabros en su gestión gubernamental, lo lleve a presentarles a sus conciudadanos como mascarón de proa de la amenaza que los aglutine en su favor. Eh ahí la razón por la que cada salida en público sea un derrame de incongruente verborrea contra Colombia, su presidente o su clase dirigente. Su limitado intelecto no da para más, ese es su problema y allá él, otra cosa es que lamentablemente serán los hermanos venezolanos los que paguen las consecuencias de su obra.
Lo que no tiene explicación alguna es el síndrome de masoquismo que nos aqueja en Colombia. No hay medio de comunicación que no haga eco al destacar en primer plano las conocidas salidas de Chávez. No pueden justificarlo como noticia y derecho a la información porque ni es noticia ni nadie se informa presenciando al estrambótico caudillo regurgitando pestilencias contra todo y contra todos. Ignorarlo olímpicamente sería una actitud digna, de buen gusto y de respeto por nosotros mismos.
*www.edgarpolo.blogspot.com