Las cadenas de Moncayo
Por Edgar Polo*
El profesor Moncayo que ha dado muestras de amoroso padre ha resultado hombre mediático y casi que todas sus manifestaciones son registradas por los medios, anuncia que venderá en subasta pública las cadenas que lo acompañaron en los últimos años desde cuando inició su cruzada por la liberación de su hijo Pablo Emilio tras prolongado cautiverio. Las cadenas de Moncayo tienen un valor relativo, para él muchísimo pues representan la exteriorización de su sufrimiento; para el resto de la gente, no son más que eso y en consecuencia su valor se reduce considerablemente. Los elementos que representan sufrimiento no pueden tener valor apreciable para nadie. Que tal que a estas alturas saliera alguien a vender la cuchilla de la guillotina que decapitó a María Antonieta.
Tras el sufrimiento de Moncayo y sus reacciones posteriores está el drama del secuestro y su utilización como arma de combate por una guerrilla que no se para en mientes para lograr sus propósitos. Secuestran para financiar su acción en contra del Estado y de la sociedad; y secuestran para lograr en la mesa de negociación lo que han perdido en el campo de batalla ante las fuerzas legítimas del Estado.
Termina el angustioso drama de las familias de los soldados liberados y de la adolorida madre del Coronel Guevara, quién unicamente esperaba sus restos y salta a la palestra el tema del intercambio humanitario aupado por Piedad Córdoba quien funge como senadora de Colombia pero actúa en nombre y representación del movimiento guerrillero. Fue la vocera del comunicado y emprende gira por Europa buscando apoyo a los propósitos de los violentos. Veamos por qué. Intercambio humanitario para la guerrilla significa, área despejada donde no pueda actuar la legitimidad del Estado, soltar unos 500 guerrilleros presos procesados por secuestro, terrorismo y delitos de lesa humanidad, incluídos los extraditados a Estados Unidos. Sucede que los presos son ni mas ni menos, comandantes de unidades de combate que entrarían a reforzar su acción violenta contra la sociedad para recuperar lo que las fuerzas legítimas del Estado han logrado mediante la Seguridad Democrática. Acceder a sus pretensiones en este momento es dar marcha atrás en la seguridad lograda, desmoralizar la tropa y caguanizar el país. Si sus propósitos son sanos y honestos porque no hablan de la liberación de los otros secuestrados por razones económicas y de acabar de una vez por todas con tan ignominiosa industria?
No podemos entender la actitud de los Moncayo, padre e hijo, en contra del Presidente de la República. Anunciaron visitas a Chavez, Correa y hasta el mismo Lula posiblemente tras el padecimiento del síndrome de Estocolmo que afecta a muchos de los que sufren tan dolorosa circunstancia y que si es así se convierte en sus nuevas cadenas. Si Uribe hubiera accedido a las pretensiones del acuerdo humanitario, la única que se hubiera salvado sería Piedad Córdoba el resto, estaríamos tras las mazmorras.
Estamos ad portas de un debate presidencial y lo que está en juego es bastante más de quien va a dirigir los destinos de la patria en el próximo cuatrienio, es quien es capaz de consolidar la seguridad de los colombianos, que tanto ha costado en vidas, dolor y sufrimiento. Necesitamos seguridad, inversión para el crecimiento económico y romper la brecha social que tiene a media Colombia en la pobreza. Esa es la cuestión y la gran decisión.
*http://www.edgarpolo.blogspot.com/
lunes, 5 de abril de 2010
lunes, 8 de marzo de 2010
La salud en estado de coma
Por Edgar Polo*
El tema de las reformas al sistema de Seguridad Social, que el gobierno ha tratado de implementar, genero un tsunami mediático que obligó al Presidente de la República a hacer frente a la situación, tratando de mostrar las bondades de las medidas tomadas. Sin duda que decisiones de este tipo en momentos de campaña electoral, dirán algunos, es alborotar el avispero.
Lo que sucede es que el sistema general de salud en Colombia está a punto de colapsar por mil razones de las que es necesario resaltar que, financieramente es inviable y operativamente incompatible. Su inviabilidad tiene dos razones: una es que la cobertura del Plan Obligatorio de Salud “POS” ha aumentado considerablemente al incrementarse en 21 millones las personas que tienen acceso al sistema superando en mas del doble la cifra que tenían acceso al mismo antes del presente gobierno lo que exige un esfuerzo fiscal considerable. De otra parte, por vía de tutela los servicios médicos no incluidos en el POS han crecido en forma inconmensurable debido a que los jueces no tienen en cuenta que los recursos económicos son limitados y aún consideran que el Estado es un tío rico al que se le puede colgar toda clase de perendengues olvidando que se subvenciona con los impuestos de todos.
Por su parte la Corte Constitucional en su afán de generar derecho positivo a contrapelo de su función única de salvaguarda de la carta magna, al ordenar la igualación de los regímenes subsidido y contributivo no tuvo en cuenta que esto generaría inmensos costos imposibles de sostener con los recursos actuales. La conclusión es que se ha generado un enorme déficit que sumado al hueco fiscal de las finanzas públicas hace insostenible el sistema y lo tiene al borde de la quiebra.
Veamos en que consisten las medidas adoptadas en el marco de la Emergencia Social: Conseguir recursos adicionales mediante el incremento a los impuestos a licores, cigarrillos y juegos de azar; Eliminar la intermediación de Departamentos y Municipios en las remesas para hospitales, fundamental para evitar la corrupción que ello genera; Notificar a los jueces que sus decisiones presupuestalmente inconsultas tienden a quebrar el sistema de salud; Propender por que los médicos se autorregulen y rindan cuentas por sus decisiones ante sus mismos pares y; por último, introducir mecanismos para regular los precios de los medicamentos para que no se vuelvan inalcanzables. Es obvio que las disposiciones adoptadas por el gobierno son buenas, van orientadas en el sentido de atenuar las causas que conducen a la inviabilidad del sistema pero no son la solución definitiva.
Lo que si es cierto es que pisan callos y afectan intereses preestablecidos que no es de buen recibo por los afectados y genera el efecto mediático. Por último una verdadera reforma al sistema de salud debe pasar por su despolitización total. La politiquería es causante en gran medida de la corrupción consentida en un sistema tan sensible a una sociedad aquejada por fenómenos de pobreza y miseria. Permitir que se roben los recursos de salud y educación para los más pobres es cohonestar un delito imperdonable de lesa humanidad.
*www.edgarpolo.blogspot.com
Por Edgar Polo*
El tema de las reformas al sistema de Seguridad Social, que el gobierno ha tratado de implementar, genero un tsunami mediático que obligó al Presidente de la República a hacer frente a la situación, tratando de mostrar las bondades de las medidas tomadas. Sin duda que decisiones de este tipo en momentos de campaña electoral, dirán algunos, es alborotar el avispero.
Lo que sucede es que el sistema general de salud en Colombia está a punto de colapsar por mil razones de las que es necesario resaltar que, financieramente es inviable y operativamente incompatible. Su inviabilidad tiene dos razones: una es que la cobertura del Plan Obligatorio de Salud “POS” ha aumentado considerablemente al incrementarse en 21 millones las personas que tienen acceso al sistema superando en mas del doble la cifra que tenían acceso al mismo antes del presente gobierno lo que exige un esfuerzo fiscal considerable. De otra parte, por vía de tutela los servicios médicos no incluidos en el POS han crecido en forma inconmensurable debido a que los jueces no tienen en cuenta que los recursos económicos son limitados y aún consideran que el Estado es un tío rico al que se le puede colgar toda clase de perendengues olvidando que se subvenciona con los impuestos de todos.
Por su parte la Corte Constitucional en su afán de generar derecho positivo a contrapelo de su función única de salvaguarda de la carta magna, al ordenar la igualación de los regímenes subsidido y contributivo no tuvo en cuenta que esto generaría inmensos costos imposibles de sostener con los recursos actuales. La conclusión es que se ha generado un enorme déficit que sumado al hueco fiscal de las finanzas públicas hace insostenible el sistema y lo tiene al borde de la quiebra.
Veamos en que consisten las medidas adoptadas en el marco de la Emergencia Social: Conseguir recursos adicionales mediante el incremento a los impuestos a licores, cigarrillos y juegos de azar; Eliminar la intermediación de Departamentos y Municipios en las remesas para hospitales, fundamental para evitar la corrupción que ello genera; Notificar a los jueces que sus decisiones presupuestalmente inconsultas tienden a quebrar el sistema de salud; Propender por que los médicos se autorregulen y rindan cuentas por sus decisiones ante sus mismos pares y; por último, introducir mecanismos para regular los precios de los medicamentos para que no se vuelvan inalcanzables. Es obvio que las disposiciones adoptadas por el gobierno son buenas, van orientadas en el sentido de atenuar las causas que conducen a la inviabilidad del sistema pero no son la solución definitiva.
Lo que si es cierto es que pisan callos y afectan intereses preestablecidos que no es de buen recibo por los afectados y genera el efecto mediático. Por último una verdadera reforma al sistema de salud debe pasar por su despolitización total. La politiquería es causante en gran medida de la corrupción consentida en un sistema tan sensible a una sociedad aquejada por fenómenos de pobreza y miseria. Permitir que se roben los recursos de salud y educación para los más pobres es cohonestar un delito imperdonable de lesa humanidad.
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martes, 2 de febrero de 2010
No hay Cama pa´tanta gente
Por Edgar Polo*
El pegajoso tema del Gran Combo sirve de título a esta columna que trata del tema de la sostenibilidad, mejor aún, de la responsabilidad ambiental. Tiene que ver con el concepto de desarrollo sustentable, definido como las posibilidades de mejorar la calidad de vida de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades reales de las generaciones futuras.
Generalmente las autoridades económicas celebran cuando logran cifras abultadas de crecimiento. Aunque los números lo indiquen así, la cosa es discutible puesto que el modelo de cálculo no incluye los costos ambientales generados en el proceso productivo. Cuanto se ha gastado en términos de: bosque primario, contaminación de aguas, aire y en general de recursos naturales. Seguramente que si afinamos el cálculo incluyendo los costos irreversibles de medio ambiente llegaremos a la conclusión contraria y seguramente a un posible juicio de responsabilidades ante las próximas generaciones.
El tema ambiental es nuevo y en el caso colombiano reciente si tenemos en cuenta la normatividad al respecto. Solo a partir de la constitución del 91 se le da importancia aunque sin la severidad que amerita, seguramente por la falta de cultura y conocimiento.
La World Wildlife Fund, organización especializada en el estudio y solución de problemas del medio ambiente ha publicado en su informe Living Planet Report que “la huella ecológica de los países es mucho mayor que la capacidad del planeta para recuperarse del impacto que la vida humana produce en la naturaleza”. Por su parte James Leape, director de la WWF sostiene que “Estamos frente a una seria demanda ecológica, consumiendo recursos con una mayor rapidez que la capacidad natural de la tierra para regenerar éstos y las consecuencias de este tipo de consumo ya son de sobra conocidas”.
La Huella Ecológica está íntimamente relacionada con los hábitos y la capacidad de las personas. Es un concepto estadístico que establece la medida del impacto de nuestro consumo medido en costos del agua y gasto energético directo e indirecto, electricidad y combustibles fósiles. El gasto indirecto tiene que ver con el transporte de bienes y servicios, si se trata del mercado local o de importaciones de otros países y regiones lo mismo que de los procesos empleados en la producción de los mismos.
De acuerdo con lo anterior y con el hecho de que el consumo depende igualmente del grado de desarrollo, tenemos que la huella ecológica es diferente para los ciudadanos tipo del mundo. Es seguro que los del primer mundo tendrán una huella bastante mayor que la de los del tercero. Para un norteamericano es cuatro veces mayor que la de un mexicano y 31 veces la de un agfano. En otras palabras si todos los habitantes del mundo tuviéramos los hábitos de consumo de un norteamericano medio requeriríamos de seis planetas Tierra como el actual para un sostenimiento global.
Es claro que no somos consecuentes en materia de Desarrollo Sostenible y que en este desastre a que nos vamos precipitando aceleradamente la responsabilidad es inversamente proporcional al grado de desarrollo lo que en consecuencia genera una carga mayor para los países más ricos y evolucionados. El asunto, entonces, es diseñar un protocolo global de responsabilidad ambiental que con criterios de equidad señale los lineamientos de nuevos hábitos de consumo y responsabilidad ambiental para gozar así de un mundo sostenible, ¡cipote de problema!. De otra manera no hay planeta pa´ tanta gente.
*www.edgarpolo.blogspot.com
Por Edgar Polo*
El pegajoso tema del Gran Combo sirve de título a esta columna que trata del tema de la sostenibilidad, mejor aún, de la responsabilidad ambiental. Tiene que ver con el concepto de desarrollo sustentable, definido como las posibilidades de mejorar la calidad de vida de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades reales de las generaciones futuras.
Generalmente las autoridades económicas celebran cuando logran cifras abultadas de crecimiento. Aunque los números lo indiquen así, la cosa es discutible puesto que el modelo de cálculo no incluye los costos ambientales generados en el proceso productivo. Cuanto se ha gastado en términos de: bosque primario, contaminación de aguas, aire y en general de recursos naturales. Seguramente que si afinamos el cálculo incluyendo los costos irreversibles de medio ambiente llegaremos a la conclusión contraria y seguramente a un posible juicio de responsabilidades ante las próximas generaciones.
El tema ambiental es nuevo y en el caso colombiano reciente si tenemos en cuenta la normatividad al respecto. Solo a partir de la constitución del 91 se le da importancia aunque sin la severidad que amerita, seguramente por la falta de cultura y conocimiento.
La World Wildlife Fund, organización especializada en el estudio y solución de problemas del medio ambiente ha publicado en su informe Living Planet Report que “la huella ecológica de los países es mucho mayor que la capacidad del planeta para recuperarse del impacto que la vida humana produce en la naturaleza”. Por su parte James Leape, director de la WWF sostiene que “Estamos frente a una seria demanda ecológica, consumiendo recursos con una mayor rapidez que la capacidad natural de la tierra para regenerar éstos y las consecuencias de este tipo de consumo ya son de sobra conocidas”.
La Huella Ecológica está íntimamente relacionada con los hábitos y la capacidad de las personas. Es un concepto estadístico que establece la medida del impacto de nuestro consumo medido en costos del agua y gasto energético directo e indirecto, electricidad y combustibles fósiles. El gasto indirecto tiene que ver con el transporte de bienes y servicios, si se trata del mercado local o de importaciones de otros países y regiones lo mismo que de los procesos empleados en la producción de los mismos.
De acuerdo con lo anterior y con el hecho de que el consumo depende igualmente del grado de desarrollo, tenemos que la huella ecológica es diferente para los ciudadanos tipo del mundo. Es seguro que los del primer mundo tendrán una huella bastante mayor que la de los del tercero. Para un norteamericano es cuatro veces mayor que la de un mexicano y 31 veces la de un agfano. En otras palabras si todos los habitantes del mundo tuviéramos los hábitos de consumo de un norteamericano medio requeriríamos de seis planetas Tierra como el actual para un sostenimiento global.
Es claro que no somos consecuentes en materia de Desarrollo Sostenible y que en este desastre a que nos vamos precipitando aceleradamente la responsabilidad es inversamente proporcional al grado de desarrollo lo que en consecuencia genera una carga mayor para los países más ricos y evolucionados. El asunto, entonces, es diseñar un protocolo global de responsabilidad ambiental que con criterios de equidad señale los lineamientos de nuevos hábitos de consumo y responsabilidad ambiental para gozar así de un mundo sostenible, ¡cipote de problema!. De otra manera no hay planeta pa´ tanta gente.
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viernes, 15 de enero de 2010
La huella del agua, El Heraldo 140110
La huella del agua
Por: Edgar Polo*
El anuncio del “fenómeno del niño” prendió las alarmas respecto de una posible escasez de agua e inmediatamente el gobierno tomó la determinación de expedir una resolución que establece sanciones para los consumos excesivos. En adelante una residencia o unidad de consumo que sobrepase los estándares será sometida al pago oneroso del exceso gastado.
Aunque el gobierno anuncia que la medida es temporal, vale la pena que se revise el criterio de manera que se convierta en el punto de partida para una cultura del agua. Hasta ahora se tiene en concepto equivocado que el agua es un recurso inagotable. Todo lo contrario la situación del abastecimiento de agua en el mundo es tan precaria que algunos, profetas de desastres, anuncian que la próxima guerra mundial no será por fuentes energéticas sino del precioso líquido.
Debido a que las tarifas de consumo son bajas, el agua potable se utiliza no solo para las necesidades de consumo humano, esto es, preparación de alimentos y aseo corporal, sino para sanitarios, lavar pisos, carros, riego de jardines y calles, etc. Además de quienes les fascina oír el ruido del chorro mientras se afeitan o lavan los dientes. Otra cosa sería si las tarifas fueran verdaderamente costeables. Seguramente llegaríamos a la conclusión de la necesidad de reciclar parte del agua consumida para con un tratamiento mínimo poder atender las necesidades de consumo secundario o que no exigen su potabilidad total.
El tema del agua es bien interesante y vale la pena. Cuanta es la que realmente consumimos? Existe un consumo directo tal como lo señalamos antes y un indirecto, todos los bienes y servicios consumibles exigen de ingentes cantidades de agua para su producción y elaboración. Como el problema es serio, se ha creado el calculador de la huella hídrica de las naciones con el fin de medir cuanto se gasta con los patrones de consumo habituales y su impacto frente a las reservas presentes con el objeto de racionalizar su consumo.
Hace menos de dos décadas el profesor John Anthony Allan del King´s College de Londres desarrolló el concepto de “agua virtual” definido como el volumen de líquido necesario para elaborar un bien. Recientemente Arjen Hoekstra del Departamento de Ingenieria y Gestión Pública de la Universidad de Twente en Holanda fue más allá trabajando en el criterio de “Huella Hídrica” como un indicador que relaciona el agua con el consumo total de bienes y servicios de una población en todos sus niveles: “volumen de agua necesaria para la elaboración de todos los productos y servicios consumidos por los habitantes de una región o país”.
Las cifras de las investigaciones que relacionan el agua con la producción son casi espeluznantes. Un par de zapatos de cuero requiere 8.000 litros de agua, en buen romance 8 toneladas, una camisa de algodón 4.000, un vaso de leche 200 litros, una taza de café 140 y un huevo 135. Con estos valores de referencia, se concluye que los países con mayor huella hídrica son los más desarrollados y con mayor presencia en el comercio internacional: Estados Unidos, Francia, Italia, España, Japón y Canadá.
Visto lo anterior llegamos a dos conclusiones importantes. Una que el tema del agua amerita un desarrollo paralelo al protocolo de Kyoto sobre el tema del Calentamiento Global, de manera que internacionalmente se establezca una estrategia que conduzca a su racionalización dada la magnitud del desastre que ocasionaría su desabastecimiento, lo que va a ser muy difícil y en el plano local la continuación de la tendencia de gravar los consumos excesivos para forzar por esta vía patrones de consumo racionales y consecuentes, lo que no va a ser fácil, pero menos complicado que lo mundial.
*www.edgarpolo.blogspot.com
Por: Edgar Polo*
El anuncio del “fenómeno del niño” prendió las alarmas respecto de una posible escasez de agua e inmediatamente el gobierno tomó la determinación de expedir una resolución que establece sanciones para los consumos excesivos. En adelante una residencia o unidad de consumo que sobrepase los estándares será sometida al pago oneroso del exceso gastado.
Aunque el gobierno anuncia que la medida es temporal, vale la pena que se revise el criterio de manera que se convierta en el punto de partida para una cultura del agua. Hasta ahora se tiene en concepto equivocado que el agua es un recurso inagotable. Todo lo contrario la situación del abastecimiento de agua en el mundo es tan precaria que algunos, profetas de desastres, anuncian que la próxima guerra mundial no será por fuentes energéticas sino del precioso líquido.
Debido a que las tarifas de consumo son bajas, el agua potable se utiliza no solo para las necesidades de consumo humano, esto es, preparación de alimentos y aseo corporal, sino para sanitarios, lavar pisos, carros, riego de jardines y calles, etc. Además de quienes les fascina oír el ruido del chorro mientras se afeitan o lavan los dientes. Otra cosa sería si las tarifas fueran verdaderamente costeables. Seguramente llegaríamos a la conclusión de la necesidad de reciclar parte del agua consumida para con un tratamiento mínimo poder atender las necesidades de consumo secundario o que no exigen su potabilidad total.
El tema del agua es bien interesante y vale la pena. Cuanta es la que realmente consumimos? Existe un consumo directo tal como lo señalamos antes y un indirecto, todos los bienes y servicios consumibles exigen de ingentes cantidades de agua para su producción y elaboración. Como el problema es serio, se ha creado el calculador de la huella hídrica de las naciones con el fin de medir cuanto se gasta con los patrones de consumo habituales y su impacto frente a las reservas presentes con el objeto de racionalizar su consumo.
Hace menos de dos décadas el profesor John Anthony Allan del King´s College de Londres desarrolló el concepto de “agua virtual” definido como el volumen de líquido necesario para elaborar un bien. Recientemente Arjen Hoekstra del Departamento de Ingenieria y Gestión Pública de la Universidad de Twente en Holanda fue más allá trabajando en el criterio de “Huella Hídrica” como un indicador que relaciona el agua con el consumo total de bienes y servicios de una población en todos sus niveles: “volumen de agua necesaria para la elaboración de todos los productos y servicios consumidos por los habitantes de una región o país”.
Las cifras de las investigaciones que relacionan el agua con la producción son casi espeluznantes. Un par de zapatos de cuero requiere 8.000 litros de agua, en buen romance 8 toneladas, una camisa de algodón 4.000, un vaso de leche 200 litros, una taza de café 140 y un huevo 135. Con estos valores de referencia, se concluye que los países con mayor huella hídrica son los más desarrollados y con mayor presencia en el comercio internacional: Estados Unidos, Francia, Italia, España, Japón y Canadá.
Visto lo anterior llegamos a dos conclusiones importantes. Una que el tema del agua amerita un desarrollo paralelo al protocolo de Kyoto sobre el tema del Calentamiento Global, de manera que internacionalmente se establezca una estrategia que conduzca a su racionalización dada la magnitud del desastre que ocasionaría su desabastecimiento, lo que va a ser muy difícil y en el plano local la continuación de la tendencia de gravar los consumos excesivos para forzar por esta vía patrones de consumo racionales y consecuentes, lo que no va a ser fácil, pero menos complicado que lo mundial.
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lunes, 14 de diciembre de 2009
Trastorno bipolar y masoquismo, El Tiempo 12-12-09
Trastorno bipolar y Masoquismo
Por Edgar Polo*
La personalidad del Presidente Chávez encaja en lo que la psicología moderna describe como trastorno bipolar, similar a la psicosis maniacodepresiva. Se caracteriza por un estado de ánimo en que se alternan estados de depresión con otros de gran excitación. Según el siquiatra Pedro Juan Barranco, lo mismo que las enfermedades mentales graves no presenta señales orgánicas asociadas pero se infiere un desequilibrio químico a nivel de los neurotransmisores cerebrales. Tema interesante para el científico Rodolfo Llinás, especializado en los intríngulis del cerebro. Según Barranco, los pacientes aquejados de este mal presentan poca tolerancia a la frustración, actitud pesimista, dificultades de adaptación, baja autoestima y sentimientos de culpa que generalmente manifiestan mediante delirios de persecución.
Si analizamos las actitudes de Chávez en el marco del cuadro clínico descrito, es fácil deducir la razón de sus manifestaciones y actitudes contra Colombia, que de otra manera no tienen asidero a la luz del sentido común. Aunque es posible entender que el rosario de descalabros en su gestión gubernamental, lo lleve a presentarles a sus conciudadanos como mascarón de proa de la amenaza que los aglutine en su favor. Eh ahí la razón por la que cada salida en público sea un derrame de incongruente verborrea contra Colombia, su presidente o su clase dirigente. Su limitado intelecto no da para más, ese es su problema y allá él, otra cosa es que lamentablemente serán los hermanos venezolanos los que paguen las consecuencias de su obra.
Lo que no tiene explicación alguna es el síndrome de masoquismo que nos aqueja en Colombia. No hay medio de comunicación que no haga eco al destacar en primer plano las conocidas salidas de Chávez. No pueden justificarlo como noticia y derecho a la información porque ni es noticia ni nadie se informa presenciando al estrambótico caudillo regurgitando pestilencias contra todo y contra todos. Ignorarlo olímpicamente sería una actitud digna, de buen gusto y de respeto por nosotros mismos.
*www.edgarpolo.blogspot.com
Por Edgar Polo*
La personalidad del Presidente Chávez encaja en lo que la psicología moderna describe como trastorno bipolar, similar a la psicosis maniacodepresiva. Se caracteriza por un estado de ánimo en que se alternan estados de depresión con otros de gran excitación. Según el siquiatra Pedro Juan Barranco, lo mismo que las enfermedades mentales graves no presenta señales orgánicas asociadas pero se infiere un desequilibrio químico a nivel de los neurotransmisores cerebrales. Tema interesante para el científico Rodolfo Llinás, especializado en los intríngulis del cerebro. Según Barranco, los pacientes aquejados de este mal presentan poca tolerancia a la frustración, actitud pesimista, dificultades de adaptación, baja autoestima y sentimientos de culpa que generalmente manifiestan mediante delirios de persecución.
Si analizamos las actitudes de Chávez en el marco del cuadro clínico descrito, es fácil deducir la razón de sus manifestaciones y actitudes contra Colombia, que de otra manera no tienen asidero a la luz del sentido común. Aunque es posible entender que el rosario de descalabros en su gestión gubernamental, lo lleve a presentarles a sus conciudadanos como mascarón de proa de la amenaza que los aglutine en su favor. Eh ahí la razón por la que cada salida en público sea un derrame de incongruente verborrea contra Colombia, su presidente o su clase dirigente. Su limitado intelecto no da para más, ese es su problema y allá él, otra cosa es que lamentablemente serán los hermanos venezolanos los que paguen las consecuencias de su obra.
Lo que no tiene explicación alguna es el síndrome de masoquismo que nos aqueja en Colombia. No hay medio de comunicación que no haga eco al destacar en primer plano las conocidas salidas de Chávez. No pueden justificarlo como noticia y derecho a la información porque ni es noticia ni nadie se informa presenciando al estrambótico caudillo regurgitando pestilencias contra todo y contra todos. Ignorarlo olímpicamente sería una actitud digna, de buen gusto y de respeto por nosotros mismos.
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miércoles, 25 de noviembre de 2009
AIS, Epílogo con lecciones
Epílogo con lecciones de AIS
Por Edgar Polo*
Sin pena ni gloria concluyó en el Senado de la República el debate político de AIS que buscaba la cabeza del Ministro de Agricultura. Por amplia mayoría la Moción de Censura fue rechazada marcando el final del sonado episodio.
Quedan lecciones por aprender. Primero que el objetivo no era otro que el de debilitar al Gobierno nacional tumbándole un ministro.
Que el ejercicio político de la Moción de Censura, propio de los regímenes parlamentarios no opera en un sistema presidencialista.
Que si se hubiera tumbado al ministro el programa de incentivos al agro continuaría, puesto que en el tiempo del debate se aprobó el Presupuesto General de la Nación incluyendo partida especial para la solución de continuidad al programa de Agro Ingreso Seguro.
Que el ministro era un chivo expiatorio. Se le quería sancionar por cumplir con la norma que había sido aprobada por el mismo congreso.
Que el diseño de la ley de productividad del Agro era justamente para eso, en consecuencia no tenía ningún sentido aplicar sanciones porque los recursos hubieran llegado a aquellos que, de acuerdo con lo preceptuado, eran quienes podían cumplir con los estándares de productividad y eficiencia.
Que si alguien trasgredió la ley, corresponde a los órganos de vigilancia y control establecerlo.
Que los congresistas, en su gran mayoría, aprobaron la Ley del Agro, sin tener idea del cual era su objeto. Y la oposición, oportunista, se montó en el escándalo mediático con en único fin de capitalizar dividendos políticos y que estando en el recinto no asistió a la votación.
Que la única conclusión del debate fue la anacrónica atización de la lucha de clases superada simbólicamente hace 20 años con la destrucción del muro de Berlín.
Que lo procedente es el fortalecimiento de la infraestructura integral con incentivos a la productividad que genera crecimiento económico y que este debe estar complementado con programas de empleo y asistencia social tendientes a cerrar la brecha entre ricos y pobres porque la pobreza no es negocio para nadie.
Por Edgar Polo*
Sin pena ni gloria concluyó en el Senado de la República el debate político de AIS que buscaba la cabeza del Ministro de Agricultura. Por amplia mayoría la Moción de Censura fue rechazada marcando el final del sonado episodio.
Quedan lecciones por aprender. Primero que el objetivo no era otro que el de debilitar al Gobierno nacional tumbándole un ministro.
Que el ejercicio político de la Moción de Censura, propio de los regímenes parlamentarios no opera en un sistema presidencialista.
Que si se hubiera tumbado al ministro el programa de incentivos al agro continuaría, puesto que en el tiempo del debate se aprobó el Presupuesto General de la Nación incluyendo partida especial para la solución de continuidad al programa de Agro Ingreso Seguro.
Que el ministro era un chivo expiatorio. Se le quería sancionar por cumplir con la norma que había sido aprobada por el mismo congreso.
Que el diseño de la ley de productividad del Agro era justamente para eso, en consecuencia no tenía ningún sentido aplicar sanciones porque los recursos hubieran llegado a aquellos que, de acuerdo con lo preceptuado, eran quienes podían cumplir con los estándares de productividad y eficiencia.
Que si alguien trasgredió la ley, corresponde a los órganos de vigilancia y control establecerlo.
Que los congresistas, en su gran mayoría, aprobaron la Ley del Agro, sin tener idea del cual era su objeto. Y la oposición, oportunista, se montó en el escándalo mediático con en único fin de capitalizar dividendos políticos y que estando en el recinto no asistió a la votación.
Que la única conclusión del debate fue la anacrónica atización de la lucha de clases superada simbólicamente hace 20 años con la destrucción del muro de Berlín.
Que lo procedente es el fortalecimiento de la infraestructura integral con incentivos a la productividad que genera crecimiento económico y que este debe estar complementado con programas de empleo y asistencia social tendientes a cerrar la brecha entre ricos y pobres porque la pobreza no es negocio para nadie.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
La Presea de la Moción de Censura
La Presea de la Moción de Censura
Por Edgar Polo*
La discusión en el Congreso de la República sobre la Moción de Censura al Ministro de Agricultura es una muestra más de los desviroles a que nos tiene acostumbrados la oposición. No va a conducir a nada y en el entretanto se desaprovecha la actividad legislativa que debería tener mejor orden de prioridades.
No va a llegar a nada porque se trata de un debate político a un programa de política económica. El objetivo, tumbar a Ministro de Agricultura y cobrar su cabeza como presea de combate. Por lo que hemos podido apreciar mediante el cubrimiento de los medios de comunicación, la mayoría de las intervenciones de la oposición conduce a que se está dando, a través del programa, dinero a los ricos con la conclusión de un aumento en la brecha social.
Lo equivocado del debate es que no hace claridad sobre las metas de la Ley AIS comprendida en el marco de la Política Económica. Como bien lo explica la norma el objetivo no es otro que el de generar las condiciones de competitividad al recurso Tierra mediante su adecuación vía riego y drenaje para el apropiado manejo del agua y además, si es necesario, infraestructura para el control de inundaciones. La adecuación de tierras es fundamental para generar competitividad en el sector primario de la economía, ahora cuando apostamos a la integración al mundo global.
El legislador tuvo la precaución en el diseño ley de AIS de enfocar los recursos con la condición única de la existencia de un proyecto de adecuación viable asociado a la legalidad del uso del suelo. Seguramente que pensando en los pequeños y medianos productores que solo tienen posesión de la tierra o que mediante instrumentos como el contrato de arrendamiento aspiran a convertirse en empresarios del campo.
Las bondades de la norma solo pueden establecerse a través de la medición de sus resultados. En cuanto se amplió la frontera agrícola tecnificada?, cuantos puestos de trabajo genera? en que proporciones de cantidad y calidad va a aumentar la producción de bienes y servicios exportables? Cual será la proyección del Ingreso Nacional después de la puesta en producción de los nuevos proyectos financiados por el programa?
Con seguridad de las respuestas a los anteriores interrogantes nos darán verdadera luz diferente a la que depara el debate mediático. El tema de dar plata a los ricos, en el que sorprendentemente cabalgan algunos académicos en trance de políticos, es la base del debate contra el Gobierno por medio del Ministro. Es un argumento deleznable que a más de estigmatizar la riqueza desvía peligrosamente la acción hacia la trasnochada lucha de clases de que hablaba Carlos Marx en Das Capital hace dos siglos y del que dio buena cuenta la Perestroika Rusa y la exitosa revolución capitalista de la China actual.
El problema social que acusa nuestra patria no es culpa de los ricos. Obedece a otras causas de las que debemos tomar especial atención integralmente todos, dejando a un lado la politiquería que da al traste con programas generadores de Crecimiento Económico. Con incentivos para que los grandes productores se estimulen a generar empleo productivo y con Políticas de Inversión en Capital Humano efectivas para garantizar que en el mediano plazo vamos a tener una sociedad más justa y más igualitaria.
*www.edgarpolo.blogspot.com
Por Edgar Polo*
La discusión en el Congreso de la República sobre la Moción de Censura al Ministro de Agricultura es una muestra más de los desviroles a que nos tiene acostumbrados la oposición. No va a conducir a nada y en el entretanto se desaprovecha la actividad legislativa que debería tener mejor orden de prioridades.
No va a llegar a nada porque se trata de un debate político a un programa de política económica. El objetivo, tumbar a Ministro de Agricultura y cobrar su cabeza como presea de combate. Por lo que hemos podido apreciar mediante el cubrimiento de los medios de comunicación, la mayoría de las intervenciones de la oposición conduce a que se está dando, a través del programa, dinero a los ricos con la conclusión de un aumento en la brecha social.
Lo equivocado del debate es que no hace claridad sobre las metas de la Ley AIS comprendida en el marco de la Política Económica. Como bien lo explica la norma el objetivo no es otro que el de generar las condiciones de competitividad al recurso Tierra mediante su adecuación vía riego y drenaje para el apropiado manejo del agua y además, si es necesario, infraestructura para el control de inundaciones. La adecuación de tierras es fundamental para generar competitividad en el sector primario de la economía, ahora cuando apostamos a la integración al mundo global.
El legislador tuvo la precaución en el diseño ley de AIS de enfocar los recursos con la condición única de la existencia de un proyecto de adecuación viable asociado a la legalidad del uso del suelo. Seguramente que pensando en los pequeños y medianos productores que solo tienen posesión de la tierra o que mediante instrumentos como el contrato de arrendamiento aspiran a convertirse en empresarios del campo.
Las bondades de la norma solo pueden establecerse a través de la medición de sus resultados. En cuanto se amplió la frontera agrícola tecnificada?, cuantos puestos de trabajo genera? en que proporciones de cantidad y calidad va a aumentar la producción de bienes y servicios exportables? Cual será la proyección del Ingreso Nacional después de la puesta en producción de los nuevos proyectos financiados por el programa?
Con seguridad de las respuestas a los anteriores interrogantes nos darán verdadera luz diferente a la que depara el debate mediático. El tema de dar plata a los ricos, en el que sorprendentemente cabalgan algunos académicos en trance de políticos, es la base del debate contra el Gobierno por medio del Ministro. Es un argumento deleznable que a más de estigmatizar la riqueza desvía peligrosamente la acción hacia la trasnochada lucha de clases de que hablaba Carlos Marx en Das Capital hace dos siglos y del que dio buena cuenta la Perestroika Rusa y la exitosa revolución capitalista de la China actual.
El problema social que acusa nuestra patria no es culpa de los ricos. Obedece a otras causas de las que debemos tomar especial atención integralmente todos, dejando a un lado la politiquería que da al traste con programas generadores de Crecimiento Económico. Con incentivos para que los grandes productores se estimulen a generar empleo productivo y con Políticas de Inversión en Capital Humano efectivas para garantizar que en el mediano plazo vamos a tener una sociedad más justa y más igualitaria.
*www.edgarpolo.blogspot.com
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